martes, 26 de abril de 2011

dime cómo es posible borrar algo tan grande de tus recuerdos...


Basta ya de estancarme, basta ya de pensar en tí. Que no te lo mereces, que no vales la pena. Sal de mi cabeza, sal de mi corazón de una vez. ¿Acaso te has preocupado por mí? ¿Por cómo estoy y por saber a qué dedico mi vida, ahora que estamos separados? No. No lo sabes ni te interesa. Lo único que sabes es que yo te vigilo de lejos, que yo sí que se de tí; tú, en cambio, eres capaz de estar un mes sin saber de mi vida... Lo que me jode de todo esto es que eres capaz. Dime como lo haces porque yo no puedo. Si no mentías cuando me decías todo lo que me querías, no me cuadra que ahora te cueste tan poco estar sin mí.
¿Estarás sufriendo como lo hago yo? Lo dudo... Si así fuera dejarías tu orgullo, tus prejuicios, tus verguenzas y tus mierdas atrás. Si fuera así estarías perdiendo el culo para venir a buscarme. Y de momento sigo aquí, sola... y tú no estás.
¿Cuándo aprenderás a dejar de pensar en tí, en lo que te hace sufrir? Si no sufres en esta vida no sabrás lo que es ser feliz de verdad... ¿Sabes cuándo vas a saber lo infeliz que eres? El día que dejes de pensar en tí y pienses en cómo estoy yo, cómo lo pasé yo por está historia. ¿Y sabes que más? Que no me vengas llorando, porque cada día te siento más lejos, y espero que entonces pueda pasarte por el morro lo feliz que me hizo que esta historia acabase.

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